28/10/2024

«Se siente mucha satisfacción cuando ayudas a personas que han llegado muy necesitadas»

Joaquín Sáez, colaboró en distintos cometidos en la Caritas Parroquial de la Parroquia del Puerto de Roquetas de Mar desde la creación de la misma, hace casi treinta años

Profesionalmente, Joaquín Sáez se dedicó a la enseñanza y a la familia, especialmente a los hijos que junto a su esposa atendían con prioridad plena.

¿Cómo se funda una Cáritas Parroquial?

Asistíamos y participábamos en las actividades de la Parroquia, como en Liturgia, Catequesis y otros, pero vimos que faltaba un grupo parroquial que acogiera a personas, tanto inmigrantes como del entorno con necesidades, no solo económicas, sino también de acompañamiento y orientación, y fue entonces cuando con la colaboración del Párroco, y un grupo de amigos de la Parroquia, vimos la necesidad de crear Cáritas, para completar la labor caritativa de la Parroquia. Se redactaron unos estatutos y se nombró el equipo directivo con el Párroco como presidente, un director, secretario, tesorero y vocales. Nos reuníamos para abordar los problemas que surgían y la forma de solucionarlos, implicando a la persona demandante de ayuda. Fue así, trabajando en equipo, conseguimos que Caritas de la Parroquia iniciase su andadura.

¿Cómo empezaste a trabajar con Cáritas y desde cuándo?

Yo participaba en la Parroquia y colaboraba en lo que podía. En un tiempo determinado, por los años 1995 o 96, vimos que faltaba Cáritas y fue cuando se constituyo y empezó su labor.

A las personas que acudían a Cáritas, primero, se las atendía, normalmente por dos voluntarios. Se hablaba con ellos, contaban sus necesidades sin presiones. Después si eran conformes, se incluían en una relación donde cada persona podía inscribirse con su nombre y en qué podría trabajar. Por si surgía alguna posibilidad de trabajo. También se les acompañaba a Servicios Sociales del Ayuntamiento para entrevistarse con la trabajadora social y esta les informase de sus derechos. En mi experiencia, pienso que una buena acogida es fundamental, pues la persona, generalmente con baja autoestima, valora y agradece que alguien le esté atendiendo. Es así, como creo que mejor podemos ayudar a la integración de la persona para que consiga su propia autonomía.

¿Cómo comenzasteis a realizar ayudas?

Al principio sólo se hacía acogida, se hablaba con las personas demandantes de algún tipo de ayuda y se intentaba facilitarles la integración en la comunidad, en el menor tiempo posible. Para ello, acompañábamos a las personas demandantes de ayuda, a organismos para que conocieran los derechos que tenían. También se intentaba relacionarlos con personas que necesitaban trabajadores en invernaderos, construcción, servicio doméstico… y conseguimos que algunos empezasen a trabajar.

Cuando no se disponía de bolsa de alimentos, ¿Cómo se cubría esta necesidad, que sufrían las personas que atendían?

Llegaban a Cáritas, personas con necesidades básicas, con hambre y sin medios para comprar alimentos, sin un lugar donde pasar la noche, etc. y era necesario  atenderlos. Alguien del Equipo de Cáritas les acompañaba a la tienda más cercana, donde pudiese comprar productos básicos de primera necesidad, o se concertaba con una pensión del pueblo donde pudiese alojarse provisionalmente, hasta encontrar otra solución. También se les facilitaban prendas de vestir procedentes del ropero que se formó con ropas donadas, después de revisar y clasificar. Esto, en principio se financiaba gracias a la generosidad de comerciantes y con donativos de personas de la Parroquia.

Más adelante, se recogían alimentos y productos de limpieza, procedentes del Banco de Alimentos, Recogidas en comercios, donaciones de particulares, etc. con lo que después de tener la acogida o el seguimiento, se les entregaba la bolsa con productos básicos.

Ahora, los medios y ayudas que Cáritas ofrece a los más necesitados, son mucho mayores. Es una alegría poder satisfacer las necesidades más inmediatas de personas necesitadas, mientras estas consiguen su total autonomía. Pero como ya he resaltado, la acogida, la entrevista, el hablar con confianza de los problemas, que sepan que se les escucha y estás dispuesto a ayudarles, creo que es fundamental.

También se impartieron cursos de español para inmigrantes ya que todos pensábamos, que para integrarse, era fundamental, conocer el idioma.

¿Qué tiene Cáritas, que hace posible que un voluntario, como usted, que lleva muchos años colaborando, quiera seguir haciéndolo?

Primero, es un compromiso de mi fe. Además, se siente mucha satisfacción cuando ayudas a personas que han llegado muy necesitadas, no solo de cosas básicas para subsistir, algunos  llegan a un país extraño para ellos, que tienen dificultad para expresarse, pues la mayoría no conoce el idioma. Para ellos es una gran satisfacción contar con personas amigas que van a ayudarles en su integración en la comunidad.

 Para el voluntario, es una alegría muy grande ver que has colaborado para que la persona, que llegó con muchas carencias, se haya integrado y conseguido su autonomía.

¿Cómo animaría a otras personas y especialmente a los jóvenes a ser voluntarios?

El contacto con las personas, siempre es satisfactorio, y encuentras mucha alegría cuando te sientes colaborador en la integración de la persona. Crees que das pero realmente recibes mucho más.

La persona que desea dar un poco de su tiempo a los demás, yo le diría que se integre en un grupo, intente formarse un poco y después empiece a actuar dentro del grupo, donde te hayas integrado, si te encuentras bien y recibes satisfacciones, continúa. Si no es así, siempre puedes dejarlo.

Puede ser que sientan miedo y no sepan cómo ayudar a las personas que acuden a Cáritas.

Yo pienso que es fundamental actuar desde el equipo y tener una formación mínima.

Inténtalo, si no te lanzas, no lo sabrás  nunca.